lunes, 12 de marzo de 2012

Reflexionamos...

Las consignas para la entrega del Trabajo coreográfico de la sesión del 27 de marzo eran: "tenéis hasta el lunes 5 de marzo para entregar el trabajo en formato electrónico, cerrándose el plazo al finalizar el lunes (00:00 horas)". 

Personalmente, tuve problemas para entregar el trabajo antes de esa hora. Concretamente, conseguí enviarlo unos diez minutos antes. Recuerdo mi sentimiento de frustración, pues me había esforzado y no había empezado el día de antes, sino el jueves anterior. Reconozco que me enrollé mucho al hacer el trabajo, y que repetí los dibujos tantas veces que perdí tiempo. Además, mi conexión a Internet (portátil, que da fallos cada dos por tres) no me ayudó demasiado, y aunque empecé a enviar el correo con el trabajo a las 23:45, obviamente las prisas me jugaron una mala pasada y conseguí enviarlo pasado el plazo. 


A mí me ocurrió eso, a alguna otra persona le ocurrieron otras cosas. El caso es que habíamos entregado el trabajo después del plazo que se nos había concedido. ¿Que pasaba entonces con nosotros?

¿Qué pasa con las personas que lo han entregado después? Esa fue la segunda pregunta que hizo Tomás al iniciar la clase. La primera fue: ¿quién entregó el trabajo después de las 00:00 horas? Obviamente levanté la mano. También nos preguntó quién había comenzado con él el mismo día en que la tarea fue mandada y, por el contrario, quién lo había dejado para el último día. Yo no considero que me encuentre en ninguno de los dos días, pues no comencé inmediatamente pero sí con días de antelación, y le dediqué mucho tiempo durante el fin de semana. 

Tomás quería ver quiénes trabajábamos bajo presión y quiénes lo hacíamos bajo orden. Yo soy una persona que odia la presión; me estreso con mucha facilidad y la verdad es que lo paso mal. Prefiero actuar por "mandato". Si sé que tengo que hacer un trabajo, prefiero empezar con días de antelación, incluso semanas o meses cuando se trata de trabajos planteados con esa anterioridad. Por eso cuando veo que el tiempo se me echa encima, me siento muy mal, muy presionada y frustrada por haber empezado con "tiempo" y haberme enrollado de tal forma que al final paso siempre por el agobio.

Después de cómo me sentí por  haberme esforzado y aún así no haber cumplido con el plazo me hace replantearme cómo soy en la cuestión de estudios. Dedico mucho tiempo a hacer trabajos, resúmenes de los apuntes, etcétera, pero al final de la temporada siempre estoy hasta arriba de cosas que hacer y siento que no tengo tiempo. Creo que me enrollo demasiado en intentar que todo "salga perfecto" a mis ojos, y debo ir más directa al grano y conseguir cerrar trabajos en menos tiempo del habitual, para no sufrir como siempre al final.

Creo que ese día todos sacamos alguna lección o conclusión, ya sea la de empezar antes, la de seguir trabajando como hasta ahora, la de dedicar más tiempo y esfuerzo, etcétera. Dentro de lo mal que lo pude pasar, me fui contenta de esa clase porque, estuviese bien o mal mi trabajo, me había esforzado y estaba segura de haber aprendido mucho sobre coreografías y formas de enseñar a bailar. 

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